Hasta ahora, parecía que la comunidad científica estaba de acuerdo al afirmar que la ganadería tenía bastante culpa del efecto invernadero, de hecho, se manejaban incluso cifras: el ganado mundial genera el 18% de gases de efecto invernadero.
Digo hasta ahora, porque acaba de publicarse un estudio en el que defienden que no sólo no provoca el efecto invernadero, sino que podría ayudar a reducirlo. Según este estudio (del Instituto de Tecnología Karlsruhe en Garmisch-Partenkirchen, Alemania, el pastoreo de ganado reduce la emisión de óxido nítrico señala cuando los animales se alimentan en zonas de pasto estepario. Según explican en la revista Nature, al pastar, el ganado altera el equilibrio entre tierra y agua, además de la cantidad de microbios que hay en la tierra, modificándolo de tal forma que las condiciones de fabricación de óxido nitroso es peor, y se produce menos.
Aunque este estudio lo han hecho en los prados esteparios de Mongolia (aquí al lado, vaya), ofrece una posible solución bastante buena en todos los sentidos: más explotaciones extensivas (animales en libertad) y menos intensivas, favoreciendo no sólo al medio ambiente, también a la calidad de la carne... Sólo falta saber si la indrustria ganadera esta por la labor.
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