Las películas en 3D ¿un timo?

Me siento timada. Este fin de semana fui a ver la película “Furia de Titanes” en 3D y, dejando su pésimo argumento y su falta de fidelidad a la película original a un lado, me pareció un auténtico timo: 11 euros de entrada por una película en la que los efectos 3D brillaban por su ausencia y, en los breves momentos en los que aparecían, se limitaban a una especie de “efecto cartón” (como si, en el fotograma, hubieran recortado a los personajes y los hubieran “pegado” encima del fondo); además, con las gafas 3D puestas la imagen se veía tan oscura que resultaba difícil apreciar nada, así que al final, lo mejor era optar por quitarte las gafas y poder ver la película a gusto (total, tampoco me iba a perder nada…). Y no es la primera vez que me pasa.

Lo cierto es que Hollywood está optando por salvar los ingresos por taquilla “convirtiendo” sus películas en 3D, el problema es que para tener una película en tres dimensiones, tienes que (lógicamente), RODARLA en 3D. Las cámaras y los planos son muy distintos a los que habitualmente se utilizan en las películas normales, pero parece ser que este “pequeño” inconveniente no significa nada para la industria, quienes se apoyan en las nuevas tecnologías y en la programación más avanzada para “dimensionar” las películas y así poder venderlas como 3D, añadiendo de forma artificiosa la dimensión que falta. El resultado, generalmente, suele ser tosco y burdo, pero para la industria tiene el margen mínimo de aceptabilidad para colocarle el “3D” tras el título de la película, subir 3 ó 4 euros la entrada y mirar para otro lado mientras hacen caja.

Que la industria del cine necesita cambiar su modelo de negocio está claro; parece que las películas en tres dimensiones ofrecen una salida, a priori, personalmente me parece bastante prometedora, pero por el camino que parece que están tomando actualmente, lo que van a conseguir es quemar el modelo antes de comenzar a explotarlo, y conseguirán que al final el “3D” genere rechazo, en lugar de interés, y las películas que ahora se están rodando en 3D acaben siendo grandes fiascos por un modelo quemado antes de ver la luz.